‘Educando para dejar huella’, un nuevo libro que destaca la labor docente

‘Educando para dejar huella’, un nuevo libro que destaca la labor docente

Edistio Cámere, autor de esta nueva publicación que sale bajo el sello de Paidós Educación –de editorial Planeta– es educador y ha sido distinguido hace muy poco como Líder Empresarial del Cambio. Tiene gran experiencia y trayectoria como docente y gestor de nuevas generaciones de profesionales del ámbito educativo. Fue director del Colegio Santa Margarita por 25 años y dirige Proforhum, una institución que fomenta la formación humana a través de diversas plataformas. Además, es impulsor desde hace 20 años del Modelo Cenit, un foro de debate de temas de actualidad e intercambio cultural cuyos protagonistas son jóvenes escolares líderes de Latinoamérica. Ha escrito diversos libros sobre educación, liderazgo y familia. Conversamos con él a pocos días del lanzamiento de esta nueva obra intelectual que, sin duda, invita a la reflexión, pero también al debate sobre la actual labor docente y al nuevo reto de la escuela ante el regreso a clases presenciales.

Por Javier Dextre U.

-Esta nueva entrega editorial lleva un título inspirador, y sale en un momento de regreso a las clases presenciales, luego de dos años de confinamiento social; ¿qué motivaciones tuvo para escribirlo?

No olvidemos que la educación es un acto humano relacional por excelencia. No puede entenderse y llevarse a cabo fuera de las coordenadas del trato y de la relación personal. Por eso, el binomio profesor-alumno es el más constante e importante. Comprenderlo, promoverlo y encauzarlo es el gran reto de la nueva escuela. Y ese es uno de los motivos que me impulsó a escribir este libro.

-Usted tiene una larga trayectoria en el ámbito educativo, ¿qué falta para que la figura del maestro sea reconocida como se merece?

Falta que se entienda bien que los profesores no son meros trasmisores de información; cuando dictan una clase ponen en valor la materia, que lleva su impronta original. Son profesionales, por lo tanto, aunque enseñen a niños y jóvenes se debe confiar en ellos, respaldarlos y agradecerles. Se debería proponer encuentros, mesas de diálogo, intercambios de experiencias, exposición de iniciativas… entre profesores de diversos colegios y realidades. El reconocimiento y la admiración de otro docente se valora porque conoce a ciencia cierta lo que implica estar en el aula.

-En su libro reflexiona sobre la relación profesor-alumno, ¿cómo interpreta la situación actual de este vínculo, en la vuelta a la presencialidad?

Fíjese, suele ser utópico señalar que las escuelas son mejores cuando se evalúa a sus estudiantes para compararlos con los resultados de otras escuelas. ¿Acaso una biografía puede perfilarse solamente por lo que un niño o joven hizo en un examen? En el aprendizaje de la pandemia hemos advertido que la educación no es mera instrucción. El alumno no se debe reducir a un promedio de rendimiento. Es más que eso; es persona. Por tanto, la relación profesor-alumno se hace más necesaria y dinámica.

-¿De qué forma los docentes pueden dejar huella en sus alumnos?

El docente es un convocador de excelencias y de libertades. A la libertad se le cautiva con argumentos que exigen preparación, convicciones y buena comunicación; y, con el ejemplo, las palabras sellan su validez cuando se ven encarnadas por quien las formula. El ejemplo del maestro, como profesional y como persona, es la mejor herramienta para impregnar de bien el alma de sus alumnos.

-Más que una ‘nueva normalidad’, usted plantea ‘un nuevo modo de estar presente’ en la escuela…

Sin duda, en estos casi 800 días sin estar en contacto con los alumnos, hemos tenido la tranquilidad de revisar nuestra actuación como docentes, ya sea decantado lo valioso realizado -para confirmarlo y relanzarlo- o descubriendo los errores que, con el paso del tiempo, se asumían como parte de nuestro modo de ser profesional; aspectos que bien pueden corregirse. Si la experiencia y la reflexión, que este tiempo ha facilitado, no han dejado enseñanza alguna, solo entonces volveremos a la escuela conducidos por lo políticamente correcto.

-Finalmente, ¿qué espera lograr con esta nueva publicación?

Lo primero, que se pueda difundir, que llegue no solo a educadores, sino a las autoridades y personas vinculadas a este sector tan importante para la sociedad. Segundo, que se revise y analice los programas de formación inicial de los docentes -en universidades, institutos o escuelas de pedagogía- y también los programas de formación en servicio, es decir, para lo docentes en ejercicio. Asimismo, que sirva para la discusión y como estímulo para que los profesionales más valiosos de la educación se lancen a la tarea de aportar en la mejora de la educación peruana, que tanto lo necesita.