“Aunque siempre me he sentido familiarizada con la tecnología, hoy me puedo dar cuenta que aún me falta un gran camino por recorrer dentro de ella. No puedo negar que en un inicio sentí temor al pensar que mis alumnos no iban a disfrutar, como todos los años, del proceso de enseñanza-aprendizaje que conocemos. Pero hoy, a la luz de estas semanas que tenemos las clases a distancia, me doy cuenta, una vez más, que los niños están más preparados de lo que creemos.
Admito que programar mis clases virtuales o en tiempo real, se me hace un tanto difícil. Si bien hay muchos factores que facilitan el aprendizaje de los chicos, pero que a través de una pantalla no podemos tomar en cuenta, nos toca recurrir entonces a las cuatro ‘’i’’: indagar, innovar, inventar e imaginar. Coincidentemente, son habilidades que también esperamos que nuestros alumnos vayan desarrollando.
Hoy me toca recibir estos imprevistos cambios como una valiosa oportunidad para reflexionar y, sobre todo, replantear, lo que es verdaderamente importante en educación. Muy aparte de las metas académicas -necesarias para el desarrollo de cada niño- que cada profesor, con mucho esmero y dedicación, plantea en cada clase a través de videos o del programa zoom, hoy nos tenemos que enfocar en aspectos muy importantes como la paciencia, resiliencia, responsabilidad, autocontrol, flexibilidad, organización y una lista larga de virtudes y valores que lleven también a la madurez emocional de los chicos. Porque sí, eso es lo que debe primar.
Por la pantalla los veo experimentar, preguntar, descubrir y, sobre todo, disfrutar. Y al terminar las clases, no me cabe duda de que eso es lo que van a recordar. Así que, por ahora, no tengo opción de cuestionar si esto es para ellos porque, como dije, he aprendido que están más preparados de lo que creemos”.
Kinder