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Miss Malu Castañeda
Hacer clases a distancia, especialmente con los más pequeños, no solo es posible gracias al trabajo conjunto de padres y maestros, también es una experiencia que fortalece el crecimiento y la formación personal de nuestros niños. Miss Malu Castañeda, Subdirectora del I Nivel del Colegio Santa Margarita, responde sobre este importante tema de actualidad.
¿Cómo fue el inicio de las clases a distancia, especialmente en Inicial?
Como todo inicio, asumimos las clases a distancia con ilusión, expectativa y alguna duda, porque para todos fue una eventualidad el aislamiento social. Todos sabemos que no es lo mismo dar clases delante de los niños que hacerlo a distancia, frente a una pantalla. Es un reto que el colegio asumió y puso todo su esfuerzo para que nuestros profesores se preparen rápidamente en el uso de las herramientas digitales.
Y quiero destacar que en todo momento se tuvo presente nuestra propuesta educativa de facilitar un clima estable, de tener presente y comprender las etapas y desarrollo de los alumnos, de poder atender los requerimientos de nuestros niños de forma cariñosa y oportuna. Atender, acoger y acompañar son los distintivos que nos caracterizan y, en una circunstancia como la que estamos viviendo, lo tenemos aún más presente.
¿Qué cambios se han dado en la metodología de enseñanza?
Los cambios en la metodología no han sido muchos; más bien, la estrategia académica ha contemplado la modalidad de actividades permanentes, de movimiento, de interacción profesor-alumno, de un diálogo sostenido y seguro. La selección de cada actividad ha contemplado el desarrollo de las competencias para dar a nuestros niños todas las oportunidades y todas las acciones que estén enfocadas en la experimentación y el asombro, muy propias de su edad. Si hablamos de cambios, la elaboración de los videos por las mismas profesoras, la selección de los enlaces y Apps, las clases con grupos más reducidos de alumnos han buscado, atendido y logrado un acercamiento personal, a pesar de la distancia, entre el profesor y el alumno.
¿Qué diferencias centrales se dan entre la educación de un niño de Inicial y uno de Primaria o Secundaria?
Las diferencias son claras. Nuestros niños pequeños necesitan del juego y de la autonomía para crecer y desenvolverse. La actividad lúdica, la manipulación, la observación, la repetición constante de las actividades los convierte en constructores activos en cada momento e instante. Un niño de Inicial necesita que sus demandas sean atendidas con mayor prontitud que los más grandes. La autoridad, el ejemplo y el acompañamiento de las personas mayores debe evidenciarse con conocimiento, entrega y paciencia.
¿Cómo evaluaría estos meses de educación a distancia?
La evaluación es de aprendizaje, aprendizaje y más aprendizaje. De crecimiento a toda escala. Lo evidenciaría con la apertura al cambio que ha exigido esfuerzo, dedicación y disciplina por parte de todos. Nuestros alumnos son los grandes protagonistas, ellos están ganando más autonomía, autorregulación, empatía, están desarrollando resiliencia en grandes dosis, algo que les acompañará toda su vida.
¿De qué manera se ha fortalecido la relación familia-colegio?
El vínculo familia-colegio se ha fortalecido de una manera muy especial en la cohesión, coherencia y comunicación. Las dos instituciones han puesto lo suyo para establecer una valiosa relación de colaboración y confianza, tan necesaria para lograr objetivos en conjunto. Basta ver cada clase, cómo los padres y profesores ponen todo de lo suyo para brindar las mejores herramientas a nuestros niños. Cada sonrisa, aliento, palabra y gesto es acompañada de la presencia activa de ambos. La organización y apoyo mutuo se ha visto reflejado en una sola idea: el bien de nuestros niños. La propuesta del colegio, que apunta a que nuestros alumnos crezcan felices y se desarrollen como personas que se valoran y aman a los demás, es la meta que busca cada familia; de ahí el inmenso valor de la alianza que se forma entre ambos para hacerla efectiva y provechosa.