Celebrar un aniversario más es un acontecimiento importante, y más aún si se cumplen 70 años como institución. No obstante, esa sonrisa del alumno que va contento a su colegio, ese docente que disfruta enseñando, ese empleado que se sabe querido y apreciado no constituyen situaciones que ocurren como producto del instante: implican todo un trayecto, una carrera de largo aliento. Por esta razón, una mirada hacia atrás implica la suma de tantas historias como personas han pasado por la institución, una suma que ha forjado el presente y que proyecta el futuro con esperanza. Un “total” que hoy se llama Colegio Santa Margarita.

Al hablar del Colegio Santa Margarita podemos mencionar conceptos y actividades como los siguientes: educación centrada en la persona, comunidad de intelectuales, formación integral de la persona, cinco dimensiones (social, intelectual, afectiva, física y espiritual), familia-colegio, innovación en la continuidad, trato personal, Prosa, liderazgo y tantos otros más. No obstante, este artículo solo pretende mostrar una mirada personal y propia de algunos acontecimientos, sucesos de una larga historia de atención a la persona, como puntos en una larga línea recta, con esa mirada cálida y acogedora que pocas veces se encuentra.

Empecemos por el primero: el “Día de la juventud”. Todo un acontecimiento en el colegio. Un proyecto que no solo terminaba siendo un momento de alegría y diversión, porque sí lo era y bastante. Entre bastidores estaba toda una organización, una puesta en marcha de tantas habilidades, competencias y virtudes de parte de todos los alumnos de Secundaria alta: planificación, acuerdos, automotivación y motivación del grupo, integración, solidaridad, sana competencia, perseverancia y esfuerzo constante, entusiasmo, alegría, confianza, camaradería, etc. Una gran actividad en la que alumnos y profesores disfrutaban con los juegos, los concursos, las barras, las mascotas, los sketchs. Pregúntale a un exalumno del colegio o a un profesor que vivió el “Día de la juventud” y verás su rostro resplandecer y su voz emocionarse. Y que te cuente lo maravilloso que era.

El segundo es el “Modelo Cenit”, o el Cenit, en palabras más familiares. Este trae al recuerdo algarabía, internacionalidad, alumnos que vienen y van, charlas centrales, debate de ideas, integración, interculturalidad, toda una organización de los alumnos y para los alumnos que conforta y alegra. Un gran acontecimiento que deja su rastro año tras año y que se espera con ilusión, con un detrás de cámaras de vida, de anécdotas graciosas, de amistades largas, de compañerismo, de sonrisas sinceras, de pertenencia, de bullicio, de sentido y significado. Todo el que ha vivido el “Modelo Cenit” desde sus inicios anhela su llegada y sabe que transforma el alma y el corazón.   

Apenas dos ejemplos y faltarían muchas páginas para contar toda una historia, toda una vida formando personas. Este 16 de noviembre es un día de tantos días históricos para nuestra institución, porque siendo históricos entonces dejan huella, transforman, abren horizontes, y avivan el espíritu.

Prof. Josué Suárez
Coordinador de Comunicación